RIP de DVD de Netflix

Timoteo Larsen | 16 de octubre de 2023 Deja un comentario

Un cariñoso adiós al ritual del sobre rojo

Sí, soy una de esas personas que tuvo una suscripción al DVD de Netflix hasta el final: el 29 de septiembre de 2023. Soy ese tipo de persona y, por lo tanto, con frecuencia me acusan de ser un "ludita". Esto me molesta. Da la casualidad de que soy historiador de la Inglaterra del siglo XIX, por lo que sé quiénes eran los verdaderos luditas. Eran trabajadores que destruyeron máquinas porque creían, no irracionalmente, que socavarían sus empleos e ingresos.

He destruido bastantes máquinas a lo largo de mi vida, pero nunca a propósito. Más concretamente, no estoy en contra de la introducción de nuevas tecnologías. Soy más un adoptante tardío o selectivo. Se trata de juicios temperamentales, prudenciales y estéticos. No puedes discutir conmigo sobre esto porque no estoy defendiendo ningún principio.

Las nuevas tecnologías son una compensación: hay pérdidas y ganancias. También fui una de las últimas personas que todavía escuchaba audiolibros en casete. Hubo una época dorada tardía en la que podía conseguirlos prácticamente por nada en las ventas de la biblioteca. Siempre encontré que escuchar libros en disco compacto era un paso atrás. Los reproductores de CD eran grandes y engorrosos o requerían auriculares. Me gustaba llevar mi reproductor de casetes portátil de una habitación a otra mientras hacía las tareas del hogar y dejarlo sonar en el aire para poder escuchar si un niño me quería. Además, no se podía detener un CD en ningún lugar y retomarlo más tarde donde lo había dejado. En cambio, te obligaron a empezar toda la pista de nuevo.

Ahora reproduzco audiolibros en mi iPhone. Puedo llevarlo fácilmente de una habitación a otra y puedo jugarlo en el aire, aunque hoy en día lo hago principalmente en caso de que el perro me necesite. Esta es definitivamente una mejora con respecto a cualquier tecnología que haya usado para audiolibros, pero también tiene pérdidas. Mi iPhone tiene la mala costumbre de iniciar mi libro por accidente sin que yo lo sepa, por lo que también puedo perder mi lugar.

Otros artículos sobre la desaparición del DVD de Netflix han señalado las formas en que era superior al servicio de transmisión. Por un lado, tenía una colección mucho más grande y diversa. Además, los DVD incluyen funciones adicionales. El último puñado de discos que me envió Netflix incluía The Roaring Twenties, protagonizada por James Cagney y Humphrey Bogart (1939). Me emocionó descubrir que el material extra incluía a Martin Scorsese hablando sobre la importancia de la película.

En verdad, nunca pensé realmente en estas ventajas y ciertamente no puedo afirmar que fueron las razones por las que seguí con el servicio. La mayoría de las personas que expresaron incredulidad porque todavía tenía la suscripción al DVD señalarían la avalancha de contenido al que se puede acceder en cualquier momento con el servicio de transmisión.

Sin embargo, experimenté tal escasez no como un error sino como una característica. No deseo pasar más tiempo entreteniéndome con imágenes en movimiento. Tengo muchas otras cosas que quiero hacer con mi tiempo. Me gustó el ritual del sobre rojo que llegaba por correo, me gustó saber que había llegado nuevamente el momento de programar una noche de cine. Se convirtió en una ocasión social. Mi esposa Jane, que sí transmite contenido, a menudo decidía que quería verlo conmigo. De vez en cuando, incluso uno o más niños se unían. No era una corriente interminable; era un evento programado.

Mi hermano David me regaló por primera vez una suscripción de un año al DVD de Netflix por mi cumpleaños en septiembre de 2011. A lo largo de los años recibí 805 películas. Eso parece suficiente. Incluso me da un poco de vergüenza haber visto tantas películas en menos de una docena de años. Me estremezco al pensar cuántos habría visto si hubiera estado usando el servicio de transmisión.

Netflix me dice que mi mes más activo fue junio de 2020. Eso tiene sentido. Junio ​​es tiempo fuera del período lectivo. Y en 2020 nos estábamos preparando para la pandemia. Las nueve películas que vi ese mes iban desde A Hidden Life (2019) de Terrance Malick hasta un documental sobre Ulysses S. Grant y The Lady in the Van (2015), una peculiar película británica protagonizada por Maggie Smith.

A lo largo de los años, devoré montones de películas de los años 1930 y 1940, especialmente musicales. Aprendí un truco para descubrir nuevos: elegiría un actor de carácter que me gustara de una película de esa época. ¿Quién hacía de camarero en Casablanca? (SZ Sakall.) Luego buscaba su nombre y veía qué ofrecía Netflix.

Es cierto que muchas de estas películas fueron vistas incluso en ese momento como esfuerzos desechables, por lo que no son para todos. (Jane saldría libre aproximadamente un tercio de las veces). Creo que para mí aterrizan de manera diferente porque soy historiadora. Los disfruto a otro nivel que la trama demasiado delgada. Son una especie de fuente histórica primaria. Entonces, antes había un miembro del personal del hotel que manejaba el ascensor por usted. Entonces, aparentemente, podrías pedir cosas en una tienda departamental y alguien te las llevaría a tu casa. ¿Todavía puedes ir a una barbería y pedirles que te afeiten?

Da la casualidad de que el último disco que me envió Netflix fue High Hat (1937). Es un musical protagonizado por actores de los que nunca había oído hablar. En él hay una retransmisión de un programa de radio con audiencia en directo. El patrocinador del programa, el dueño de una empresa de telenovelas, está allí mirando. Él está en un esmoquin con una pajarita blanca. Está mejor vestido para ver su jabón enchufado que la mayoría de los hombres de hoy en su boda. La banda de jazz también viste esmoquin y sombrero de copa. Lo más destacado es un cantante especial. Como su identidad es un secreto, el locutor se refiere a ella como “Madame X”. Eso me sorprendió porque solo había escuchado el término como persona que Madonna usó en 2019.

Mi “Historia del DVD” me dice que la primera película que recibí fue Riding High (1950). No lo recordaba y tuve que buscarlo. Está protagonizada por Bing Crosby y fue dirigida por Frank Capra. ¡Justo mi tipo de cosas! Ahora quiero volver a verlo. Sólo que no estoy seguro de cómo. No se ofrece en el servicio de transmisión.

Timothy Larsen enseña en Wheaton College y es miembro honorario de la Universidad de Edimburgo. Es autor de John Stuart Mill: A Secular Life y editor de The Oxford Handbook of Christmas.

Archivado en: Actual